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sábado, 27 de junio de 2020

BLANCA VARELA: SIEMPRE POESÍA

Blanca Varela


Blanca Varela (Lima, 1926 - 2009) ha sido y sigue siendo, sin duda, la  voz poética femenina más destacada de la literatura peruana contemporánea. Su trascendencia se extiende hasta la lírica hispanoamericana y a la poesía castellana en general. Con Blanca Varela nos encontramos ante una creación que escapa a los moldes tradicionales del contenido y la forma, con una nueva actitud ante la vida y la literatura, como lo confirman los poemas que incluimos en esta abreviada muestra. Con alta precisión, para nuestro criterio, Ana María Gazzolo afirma que se trata de una "poesía hermosa, en su áspera ternura".  

 SIEMPRE  

No eres tú.

Siempre yo.

Casa, árbol, dolor,

 ventana, pan, baile, temor.

 Siempre yo.

Siempre saliéndome al paso.    

(De: Luz del día)  

VALSES  

(Fragmento)  

Siempre amé lo confieso

tus paredes aladas transparentes

con enredaderas de campanillas

como en Barranco cuando niña

 miraba a una pareja besarse bajo un árbol.  

Tras la ventana adoraba mi fiebre

 mi enfermedad llena de espejos

donde yo era todo a un tiempo

el árbol la caricia

 la sombra que ocultaba el rostro de los amantes

y la tarde abriéndose como una fruta otoñal

sobre el acantilado a la izquierda

como para enseñarme que el crepúsculo

llega primero al lado del corazón.

 Hogueras en un huerto

donde las horas danzaban sin prisa.

El minuto era eterno.

¡Qué misteriosas voces!

¿Por qué cantaban enntonces?   

 (De:Valses y otras falsas confesiones)  

HISTORIA  

 puedes contarme cualquier cosa

creer no es importante

lo que importa es que el aire mueva tus

 labios  

 o que tus labios muevan el aire

que fabules tu historia tu cuerpo

a toda hora sin tregua

como una llama que a nada se parece

sino a una llama   

(De:Valses y otras falsas confesiones)  

CASA DE CUERVOS  

 porque te alimenté con esta realidad mal

cocida

por tantas y tan pobres flores del mal

por este absurdo vuelo a ras de pantano

ego te absolvo de mí

 laberinto hijo mío  

no es tuya la culpa

 ni mía

pobre pequeño mío

del que hice este impecable retrato

 forzando la oscuridad del día

párpados de miel y la mejilla constelada

cerrada a cualquier roce

 y la hermosísima distancia

de tu cuerpo

tu náusea es mía

la heredaste como heredan los peces la

asfixia

y el color de tus ojos

es también el color de mi ceguera

 bajo el que sombras tejen sombras y

tentaciones

y es mía también la huella

de tu talón estrecho

de arcángel

apenas posado en la entreabierta ventana

y nuestra para siempre

la música extranjera

de los cielos batientes  

ahora leoncillo e

ncarnación de mi amor

 juegas con mis huesos

y te ocultas entre tu belleza

 ciego sordo irredento

casi saciado y libre

como tu sangre que ya no deja lugar

para nada ni nadie  

 aquí me tienes como siempre

dispuesta a la sorpresa de tus pasos

a todas las primaveras que inventas

y destruyes

a tenderme -nada infinita- sobre el mundo

hierba ceniza peste fuego

 a lo que quieras por una mirada tuya que

 ilumine mis restos  

porque así es este amor

que nada comprende y nada puede

bebes el filtro y te duermes

 en ese abismo lleno de ti

música que no ves

colores dichos

largamente explicados al silencio

 mezclados como se mezclan los sueños

hasta ese torpe gris que es despertar

en la gran palma de dios

calva vacía sin extremos

y allí te encuentra

s sola y perdida en tu alma

sin más obstáculo que tu cuerpo

sin más puerta que tu cuerpo  

 

así este amor

uno solo y el mismo con tantos nombres

que a ninguno responde

y tú mirándome

como si no me conocieras

marchándote

como se va la luz del mundo

sin promesas y otra vez este prado

 este prado de negro fuego abandonado

 otra vez esta casa vacía

 que es mi cuerpo

 adonde no has de volver   

(De: Ejercicios materiales)  

COMO EN UN CUADRO  

 como en un cuadro estrecho y sin extremos

 pasa él cabizbajo

algo inclinado sobre su sombra

se va se escapa con la luz

que voltea cualquier esquina  

 

ella frente al espejo

 parece joven y retoca sus labios y mejillas

como si fueran ajenas

mientras su imagen desde otro mundo

sencillamente le sonríe

  

en el recuerdo la juventud es un misterio

un objeto tan ajeno como la muerte

o el propio nacimiento

aunque también al otro lado existan flores

toda clase de flores

 las oscuras carnívoras y las tenues

 las ansiosas las suaves

las que transcurren y pasan por la tela

cada vez más estrecha

nubes de una estación que termina

restos de soles fugitivos

plegados en un cielo demasiado lejano  

y luego en blanco y negro hay música

y voces que se apagan   

 (De: Concierto animal)  

 blanca varela. ana maría gazzolo. poesía femenina. erotismo. descriptivismo

RUPERTO MACHA VELASCO

9/07/2008

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