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Mario Vargas Llosa
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"Por su cartografía de las
estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la rebelión y
la derrota del individuo"
- Academia Sueca.
"Usted ha encapsulado la historia
de la sociedad del siglo veinte en una burbuja de imaginación. Esta se ha
mantenido flotando en el aire durante cincuenta años y todavía reluce".
- Per Wästberg, de la Academia Sueca.
1. LA TRAYECTORIA VITAL Y
LITERARIA
Mario Vargas Llosa, reconocido
finalmente y con toda justicia como Premio Nobel de Literatura 2010,
surge ya como figura principal de la novelística
hispanoamericana en la segunda mitad del siglo XX, al lado de Julio
Cortázar, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez y otros escritores
integrantes del "boom" de la novelística en nuestro continente.
MVLL es básicamente un realista, y
a veces un regionalista, cuyas obras reflejan particularmente la convulsa
realidad social peruana y latinoamericana, sacudida por conflictos de
tipo racial, sexual, moral y político.
La representación artística de esa
problemática no es, sin embargo, mimética o naturalista, sino que incorpora las
técnicas narrativas más innovadoras de la novela contemporánea (multiplicidad
de focos narrativos, montaje de planos espacio-temporales, efectos
expresionistas, monólogo interior). Es, por la fecundidad, riqueza y hondura de
su obra creadora y por su continua presencia en el debate sobre asuntos
relativos a libertad, violencia, censura y justicia, una de las personalidades
intelectuales más activas e influyentes de la actualidad. Ha sido traducido a
numerosísimas lenguas y ha ganado los mayores premios literarios
internacionales, entre ellos el Premio Cervantes. En 1995, fue elegido
académico de número de la Real Academia Española, y en 1996 leyó su discurso de
ingreso sobre Azorín.
Nació en Arequipa (1936) y estudió
en ese lugar, Bolivia, Piura y Lima. En 1959 viajó a París y luego a Madrid,
donde estudió y publicó su primer libro, Los jefes, una colección
de cuentos. Pasó un largo tiempo en exilio voluntario, primero en París,
después en Barcelona y finalmente en Londres. Entre 1974 y 1990 tuvo una mayor
permanencia en el Perú.
Alcanzó la fama por primera vez al
ganar el importante Premio Biblioteca Breve, de Barcelona, con su novela La
ciudad y los perros (1963), que es una de las expresiones más
características de ese momento de renovación en la novelística hispanoamericana
que se conoce como "el boom", del cual era el representante más
joven. La novela reelabora sus experiencias en el Colegio Militar Leoncio
Prado, con imágenes de gran violencia, tensión dramática y cuestionamiento
moral sobre autenticidad, responsabilidad y heroísmo.
La destreza técnica y el
virtuosismo de su lenguaje narrativo son todavía mayores en las dos siguientes
novelas: La casa verde (1966), que aprovecha memorias de sus
años en Piura para componer un gran mural de acción y degradación sexual;
y Conversación en la Catedral (1969), que transcurre durante
los oscuros años de la dictadura de Manuel A. Odría (1948-1956) intentando un
vasto análisis de los círculos del poder, el mundillo del periodismo amarillo y
los cabarés de mala muerte. En 1967 publicó su notable relato Los
cachorros.
La rigurosa objetividad y la
indeclinable tensión con las que plantea sus conflictos, cede un poco en la
segunda etapa de su producción novelística, que se distingue por toques de
humor grotesco, como en Pantaleón y las visitadoras (1973), o
por retratarse a sí mismo en su relato, como en La tía Julia y el
escribidor (1977), en la que narra episodios de su primer matrimonio y
sus comienzos literarios. La guerra del fin del mundo (1981)
es una vuelta al estilo de composición épica de su primera etapa y una rara
incursión en el mundo sociopolítico del Brasil de fines del siglo XIX,
siguiendo el modelo de gran reportaje establecido por Euclides da Cunha.
En su obra al final del siglo XX
se entremezclan las novelas cuyo tema es esencialmente político, como en Historia
de Mayta (1984) y Lituma en los Andes (1993), con las
más ligeras de corte detectivesco, como en ¿Quién mató a Palomino
Molero? (1986) o erótico, como en Elogio de la madrastra (1988). El
hablador (1987) señala un retorno al mundo de la selva, uno de sus
ambientes favoritos, para contar una historia sobre identidades culturales y
diferencias antropológicas. Una importante porción de su obra ensayística puede
leerse en Contra viento y marea (1983-1990).
Sus memorias tituladas El
pez en el agua (1993) ofrecen un apasionante y minucioso recuento de
su experiencia como frustrado candidato presidencial en las elecciones peruanas
de 1990. Ha escrito además libros de crítica literaria, obras teatrales e
incontables páginas periodísticas en diversos lugares del mundo.
2. PREMIOS MÁS SIGNIFICATIVOS
1959: Premio Leopoldo Alas, España,
por Los jefes.
1963: Premio Biblioteca Breve, Seix
Barral, España, por La ciudad y los perros.
1967: Premio Internacional de Literatura
Rómulo Gallegos, Venezuela.
1986: Premio Príncipe de Asturias de
Letras, España.
1993: Premio Planeta, España, por Lituma
en los Andes.
1994: Premio Cervantes, España.
2010, Premio Nobel de Literatura.
3. LA PRODUCCIÓN LITERARIA DE MVLL
El desafío, relato (1957); Los
jefes, colección de cuentos (1959); La ciudad y los perros,
novela (1963); La casa verde, novela (1966); Los cachorros,
relato (1967); Conversación en La Catedral, novela (1969); Carta
de batalla por Tirant lo Blanc, prólogo a la novela de Joanot Martorell
(1969); Historia secreta de una novela, ensayo (1969); García
Márquez: historia de un deicidio, ensayo literario (1971); Pantaleón
y las visitadoras, novela (1973); La orgía perpetua: Flaubert y
Madame Bovary, ensayo literario (1975); La tía Julia y el
escribidor, novela (1977); La señorita de Tacna, teatro
(1981); La guerra del fin del mundo, novela (1981); Entre
Sartre y Camus, ensayos (1981); Kathie y el hipopótamo, teatro
(1983); Contra viento y marea, ensayos políticos y literarios
(1983); Historia de Mayta, novela (1984); La suntuosa
abundancia, ensayo sobre Fernando Botero (1984); Contra viento y
marea, volúmenes I (1962-1972) y II (1972-1983), (1986); La Chunga,
teatro (1986); ¿Quién mató a Palomino Molero?, novela policial
(1986); El hablador, novela (1987); Elogio de la madrastra,
novela (1988); Contra viento y marea, volumen III (1983-1990),
(1990); La verdad de las mentiras, ensayos literarios (1990); A
Writer's Reality, colección de conferencias dictadas en la Universidad de
Siracusa (1991); Un hombre triste y feroz, ensayo sobre George
Grosz (1992); El pez en el agua, memorias (1993); El loco
de los balcones, teatro (1993); Lituma en los Andes, novela
(1993); Desafíos a la libertad, ensayos sobre la cultura de la
libertad (1994); Ojos bonitos, cuadros feos, obra dramática para
radio (1994); La utopía arcaica, José María Arguedas y las ficciones
del indigenismo, ensayo (1996); Making Waves, selección de
ensayos de Contra viento y marea, publicado sólo en inglés
(1996); Los cuadernos de don Rigoberto, novela (1997); Cartas
a un joven novelista, ensayo literario (1997); La fiesta del Chivo,
novela (2000); Nationalismus als neue Bedrohung, selección de
ensayos políticos, publicado sólo en alemán (2000); El lenguaje de la
pasión, selección de artículos de la serie Piedra de toque (2001); El
paraíso en la otra esquina, novela (2003); Diario de Irak,
selección de artículos sobre la guerra en Irak (2003); La tentación de
lo imposible, ensayo sobre Los Miserables de Víctor Hugo
(2004); Un demi-siècle avec Borges, entrevista y ensayos sobre
Borges, publicado sólo en francés (2004); Travesuras de la niña
mala, novela (2006);Odiseo y Penélope,teatro
(2007); Al pie del Támesis, teatro (2007); Las mil y
una noches, teatro (2008); El sueño del celta, novela
(2010). El célebre novelista tiene también Fonchito y la
luna (2010) para el público infantil.
Las obras de Mario Vargas Llosa han sido
traducidos al francés, italiano, portugués, catalán, inglés, alemán, holandés,
polaco, rumano, húngaro, búlgaro, checo, ruso, lituano, estonio, eslovaco,
ucraniano, esloveno, croata, sueco, noruego, danés, finlandés, islandés,
griego, hebreo, turco, árabe, japonés, chino, coreano y malayo.
4. REFERENCIA ARGUMENTAL DE
ALGUNAS NOVELAS
La ciudad y los perros. 1963
Novela sobre la vida militar de los
jóvenes cadetes del Leoncio Prado, y su interacción en un medio hostil y
violento donde se desenvuelve las historias de los personajes. Delinea una
sutil crítica a las instituciones castrenses cuya formación educativa forma
alumnos carentes de convicciones, preocupados por la supervivencia dentro del
ambiente donde se desenvuelven. Con esta obra el escritor alcanzó el
Premio Biblioteca Breve de 1963.
La casa verde. 1966
Novela sobre un emblemático
prostíbulo llamado La Casa Verde , donde se mezcla las vidas de diversas
personas alrededor de intrigas y confidencias. Ambientada en el desierto
piurano y la selva. Aclamada obra del escritor con la cual consiguió el Premio
Rómulo Gallegos, y donde utilizó innovadoras técnicas narrativas.
Pantaleón y las visitadoras. 1973
Pantaleón Pantoja, un capitán del
ejército recientemente ascendido, recibe la misión de establecer un servicio de
prostitución para las fuerzas armadas del Perú en el más absoluto secreto
militar. Estricto cumplidor del deber que le ha sido asignado, Pantaleón se
traslada a Iquitos, en plena selva, para llevar a cabo su cometido, pero se
entrega a esta misión con tal obcecación que termina por poner en peligro el
engranaje que él mismo ha puesto en movimiento.
Los cuadernos de Don Rigoberto.
1997.
Los cuadernos de don Rigoberto es mucho
más que una novela erótica. Es también una novela sobre la realidad y el deseo,
sobre cómo la vida de la imaginación puede compensar los estrechos gestos de la
vida real. Don Rigoberto, el narrador, con una audaz imaginación elabora
fantasías creando un abarcador sentido del placer. Escribe a partir de las
sugerencias de obras literarias, pinturas o estímulos musicales. A los
que hayan disfrutado de la novela el Elogio de la madrastra, les
complacerá encontrar continuidad de personajes, tono, y táctiles "vasos
comunicantes" -- como llama Vargas Llosa a las relaciones entre los textos
-- entre las dos novelas.
"Lo erótico es la dignificación del
sexo a través de la fantasía y la cultura," recuerda Mario Vargas Llosa.
La fiesta del Chivo. 2000
Una voz femenina bajo el nombre de
Urania lleva la batuta cantante en la narración de La fiesta del Chivo.
Esta vez, Vargas Llosa se detiene en el contexto de la dictadura de Rafael
Leonidas Trujillo en la República Dominicana. Preocupado por lo que ha
llamado "la colonización del espíritu", Vargas Llosa ha dicho que la
paralización política que sintieron los que tuvieron que lidiar con el cadáver
de Trujillo una vez que lo mataron, fue lo que le inspiró a inventar verdades
con mentiras en torno al control íntegro que cala hasta los sueños de los que
viven una dictadura.
La narración se extiende por tres
décadas, desde el ascenso al poder en 1931 hasta el año de muerte de Trujillo
en 1961. Vargas Llosa afirma la necesidad de entender el fenómeno de la
dictadura desde una perspectiva que permita juzgar sin reducciones
caricaturescas a personajes tan recurrentes como lo son los tiranos en los
cuerpos políticos latinoamericanos.
Urania Cabral había salido de la isla y
en la novela regresa a la patria en busca de explicaciones y continuidades con
la realidad. Trujillo, amante que fue de halagos publicados en
periódicos, sobre todo los que hablaban de su madre como la matrona del país,
regresa a vivir en el mundo de la ficción. El poder de seducción que
ofrece el carisma del dictador ofrece una tenebrosa oportunidad de cuestionar
su poder.
El paraíso en la otra esquina.
2003
El paraíso en la otra esquina narra la
historia de Flora Tristán y la de su nieto, el gran pintor Paul Gauguin. Entre
el nacimiento de la abuela y la muerte de su nieto ha pasado exactamente un
siglo, el XIX.
No llegaron a conocerse; Paul nació
cuatro años después de la muerte de Flora, pero ambos soñaron, cada uno a su
manera, con un mundo mejor. Flora buscó y luchó por una sociedad más justa.
Paul, que no era tan altruista, buscó una perfección de tipo artístico, una
sociedad en la que la belleza no fuera sólo patrimonio del arte y de los
artistas, que fuera una realidad a la que todos tuvieran acceso.
La abuela y el nieto tenían unas
características similares: una terquedad impresionante y una voluntad a prueba
de balas. Por eso eran personajes extraordinarios.
El sueño del celta. 2010
La novela cuenta las peripecias del
irlandés Roger Casement, héroe y villano, traidor y libertario, moral e
inmoral, cuya figura es rescatada luego de su muerte. Las experiencias
extraordinarias de Casement se inician en 1903, cuando recorre regiones
del Congo y el Amazonas. Todo culmina con su ajusticiamiento en una
cárcel de Londres, el año 1916.
Casement fue uno de los primeros
europeos en denunciar los horrores del colonialismo. De sus viajes al Congo
Belga y a la Amazonía sudamericana quedaron dos informes memorables que
conmocionaron a la sociedad de su tiempo. Estos dos viajes y lo que allí vio
cambiarían las convicciones de Casement. Se enfrentó a los
valores predominantes de Inglaterra. La lucha que asumió por la
causa del nacionalismo irlandés lo llevó al triste final en una cárcel
londinense.
También en la intimidad, Roger Casement
fue un personaje múltiple: la publicación de fragmentos de unos diarios, de
veracidad dudosa, en los últimos días de su vida, dieron a conocer unas
escabrosas aventuras sexuales que le valieron el desprecio de muchos
compatriotas.
5. UNA BREVE LECTURA
LOS CUADERNOS DE DON
RIGOBERTO
INSTRUCCIONES PARA EL ARQUITECTO
Nuestro malentendido es de carácter
conceptual. usted ha hecho ese bonito diseño de mi casa y de mi biblioteca
partiendo del supuesto –muy extendido, por desgracia- de que en un hogar lo
importante son las personas en vez de los objetos. No lo critico por hacer suyo
este criterio, indispensable para un hombre de su profesión que no se resigne a
prescindir de los clientes. Pero, mi concepción de mi futuro hogar es la
opuesta. A saber: en ese pequeño espacio construido que llamaré mi mundo y que
gobernarán mis caprichos, la primera prioridad la tendrán mis libros, cuadros y
grabados; las personas seremos ciudadanos de segunda. Son esos cuatro millares
de volúmenes y el centenar de lienzos y cartulinas estampadas lo que debe
constituir la razón primordial del diseño que le he encargado. Usted
subordinará la comodidad, la seguridad y la holgura de los humanos a las de
aquellos objetos.
Es imprescindible el detalle de la
chimenea, que debe poder convertirse en horno crematorio de libros y grabados
sobrantes, a mi discreción. Por eso, su emplazamiento deberá estar muy cerca de
los estantes y al alcance de mi asiento, pues me place jugar al inquisidor de
calamidades literarias y artísticas, sentado, no de pie. Me explico. Los cuatro
mil volúmenes y los cien grabados que poseo son números inflexibles. Nunca
tendré más, para evitar la superabundancia y el desorden, pero nunca serán los
mismos, pues se irán renovando sin cesar, hasta mi muerte. Lo que significa
que, por cada libro que añado a mi biblioteca, elimino otro, y cada imagen –
litografía, madera, xilografía, dibujo, punta seca, mixografía, óleo, acuarela,
etcétera – que se incorpora a mi colección, desplaza a la menos favorecida de
las demás. No le oculto que elegir a la víctima es arduo y, a veces,
desgarrador, un dilema hamletiano que me angustia días, semanas, y que luego
reconstruyen mis pesadillas. Al principio, regalaba los libros y grabados
sacrificados a bibliotecas y museos públicos. Ahora los quemo, de ahí la
importancia de la chimenea. Opté por esta fórmula drástica, que espolvorea el
desasosiego de tener que elegir una víctima con la pimienta de estar cometiendo
un sacrilegio cultural, una transgresión ética, el día, mejor dicho la noche,
en que, habiendo decidido reemplazar con un hermoso Szyszlo inspirado en el mar
de Paracas una reproducción de la multicolor lata de sopa Campbell’s de Andy
Warhol, comprendí que era estúpido infligir a otros ojos una obra que había
llegado a estimar indigna de los míos. Entonces, la eché al fuego. Viendo
achicharrarse aquella cartulina, experimenté un vago remordimiento, lo admito.
Ahora, ya no me ocurre. He enviado decenas de poetas románticos e indigenistas
a las llamas y un número no menor de plásticos conceptuales, abstractos,
informalistas, paisajistas, retratistas y sacros, para conservar el numerus
clausus de mi biblioteca y pinacoteca, sin dolor, y, más bien, con la
estimulante sensación de estar ejerciendo la critica literaria y la de arte
como habría que hacerlo: de manera radical, irreversible y combustible. Añado,
para acabar con este aparte, que el pasatiempo me divierte, pero no funciona
para nada como afrodisíaco, y, por lo tanto, lo tengo como limitado y menor,
meramente espiritual, sin reverberaciones sobre el cuerpo.
Confío en que no tome lo que acaba de
leer – la preponderancia que concedo a cuadros y libros sobre bípedos de
carne y hueso – como rapto de humor o pose de cínico. No es eso, sino una
convicción arraigada, consecuencia de difíciles, pero, también, muy placenteras
experiencias. No fue fácil para mí llegar a una postura que contradecía viejas
tradiciones – llamémoslas humanísticas con una sonrisa en los labios – de
filosofías y religiones antropocéntricas, para las que es inconcebible que el
ser humano real, estructura de carne y huesos perecibles, sea considerado menos
digno de interés y de respeto que el inventado, el que aparece (si se siente
más cómodo con ello digamos reflejado) en las imágenes del arte y la
literatura. Lo exonero de los detalles de esta historia y lo traslado a la
conclusión que llegué y que ahora proclamo sin rubor. No es el mundo de
bellacos semovientes del que usted y yo formamos parte el que me interesa, el
que me hace gozar y sufrir, sino esa miríada de seres animados por la
imaginación, los deseos y la destreza artística, presentes en esos cuadros,
libros y grabados que con paciencia y amor de muchos años he conseguido reunir.
La casa que voy a construir en Barranco, la que usted deberá diseñar rehaciendo
de principio a fin el proyecto, es para ellos antes que para mí. o para mi
flamante nueva esposa, o mi hijito. La trinidad que forma mi familia, dicho sin
blasfemia, está al servicio de esos objetos y usted deberá estarlo también,
cuando, luego de haber leído estas líneas, se incline sobre el tablero a
rectificar lo que hizo mal.
Lo que acabo de escribir es una verdad
literal, no una enigmática metáfora. Construyo esta casa para padecer y
divertirme con ellos, por ellos y para ellos. Haga un esfuerzo por imitarme en
el limitado período que trabajará para mí.
Ahora, dibuje.
mario vargas llosa premio nobel 2010.
perú. novela. ensayo. teatro.